lunes, 13 de enero de 2014

Lecturas: El almanaque de mi padre, de Jiro Taniguchi


Dentro del nuevo rediseño de la línea Trazado, Planeta DeAgostini ha recogido una de las obras más importantes del maestro nipón, Jiro Taniguchi. Estoy hablando “El almanaque de mi padre”, quizá su obra más reconocida en España, y que cuenta con tres ediciones hasta la fecha por parte de la editorial barcelonesa. Esta última, es sin duda la que se aproxima a la mejor que se ha hecho hasta ahora, en el que se incluyen las páginas a color de la obra, una nueva rotulación y traducción. Un trabajo donde Taniguchi, pone a flor de piel las emociones, los sentimientos, y los recuerdos, en la figura de Yôichi; al que acaban de comunicar la muerte de su padre, cuya amistad quedo rota con el paso de los años.

Tras recibir una llamada con la noticia de la muerte de su padre, Yôichi, regresa después de muchos años a su ciudad natal Tottori (casualmente la misma que la del autor), para la ceremonia del funeral de su padre. Un progenitor por el que no sentía demasiado afecto, tras los acontecimientos vividos en su ciudad y el incendio que la arrasó en 1952: su padre vio como sus sueños se truncaron al perder el negocio, tras las llamas. Gracias a la mediación de sus suegros, con el dinero que le dejaron, pudo reconstruir su casa y el negocio (una barbería), quedando una deuda, su orgullo mal herido (motivado por la diferente clase social y económica). Un hecho que marcaría su futuro, pues desde ese preciso instante, su mayor afán era trabajar y trabajar para devolver el dinero. Su mujer, a raíz de ese momento se fue apartando de Take (nombre del padre de Yôchi), encariñándose con el profesor de su hijo, Matsumoto, por su gentileza y cultura, en las reuniones, o charlas que tenían al finalizar las clases. Poco a poco también su hijo se fue distanciando, sentía que estaba atrapado en aquel lugar, su único deseo era irse a estudiar fuera para escapar de ese círculo, tras marcharse su madre y abandonarlos. Un lamentable hecho, que el padre y sus hijos, intentaron superar, especialmente Yôichi, volcándose en los estudios, la fotografía, el deporte y la compañía de su perro Koro.

Yôichi a través de los recuerdos de los amigos,  y los familiares (incluyendo a su hermana Hauko), y ciertas fotos, va recomponiendo lo que realmente su padre tuvo que pasar para mantener a flote la familia. Así como la tristeza que le invadió, tras la marcha de su madre, recordando aquella vez en la que escapó de casa en su búsqueda o  ayuda que su tío Daisuke le prestó durante años. Al igual que el tiempo en el que tuvo que convivir con la nueva mujer de su padre, una madrastra conciliadora en todos los aspectos.

Jiro Taniguchi (1947, Tottori, Japón), es considerado por muchos lectores (entre los que me encuentro), como un genio. Sus historias nos trasmiten pura emoción, un derroche visual gráfico lleno de calidez; con historias que van de menos a más, en el que una vez comenzada su lectura, quedas atrapado en ellas. Es el caso de “El almanaque de mi padre”, una obra maestra, que ya desde su primera aparición en el año 2001, desató unos cuantos elogios, iniciándose la publicación de varias obras de este autor.

No hay duda, que todo buen otaku, debe tener esta joya en su estantería. Una obra que ha marcado a todo al que se ha acercado a ella. Vaya mi recomendación más sincera.

“El almanaque de mi padre”

Guión y dibujos: Jiro Taniguchi
Colección: Trazado
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: cartoné, 252 páginas, 22 x 29 cm, b/n y color
Edición original: Chichi no Koyomi, Shogakukan
Traducción: Marc Bernabé
PVP: 16,95 €

Valoración: **** ½

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