Tengo que comenzar diciendo, que Ed Brubaker es un genio.
Un guionista que se ha mantenido durante ocho años como guionista de Capitán
América, a un nivel altísimo en sus historias, devolviendo al personaje a todo
su esplendor de épocas pasadas. Contando para ello, con autores de reconocido
prestigio como Steve Epting, Butch Guice, Steve McNiven, o Michael Lark. Fruto
de su buena labor, uno de los secundarios de lujo de Capitán América, regresaba
al mundo de los vivos: James “Bucky” Barnes, esta vez como el Soldado de
Invierno: un ex agente de la Unión Soviética. El cual, tras su etapa como
Capitán América, decide alejarse de todo y volar con su amada Viuda Negra.
Gracias a Brubaker, tenemos una serie con él como protagonista, que Panini
acaba de editar.
“Soldado de Invierno: El invierno más largo”, narra las
desventuras a las que debe enfrentarse el héroe, un ser atormentado durante su
paso como agente soviético. A su lado, la Viuda Negra, otro ex agente, con la
que mantendrá una bonita relación de amor, interrumpida por una nueva misión: descubrir
a tres agentes soviéticos durmientes en los Estados Unidos, pertenecientes al procedimiento
Céfiro. Una búsqueda, que contará con la ayuda del agente norteamericano,
Jasper Sitwell; en la que enemigos como el Fantasma Rojo (ex supercientífico
soviético), el profesor Ivan Kragoff, y la ciborg, madame Lucia Von Bardas (ex
ministra de Latveria), tienen en mente, desarrollar un plan diabólico. Entre
ellos, atacar a la embajada de Latveria, y al Doctor Muerte, provocando un
conflicto político. Sirviéndos de los agentes programados, que el mismo
Barnes entrenó duramente: Arkady, Leonid y Dmitri; quieren poner en jaque al sistema, para
lo cual quieren atacar al mismísimo corazón de los Estados Unidos, el edificio
de Naciones Unidas.
Ya en la segunda historia del tomo, “Flecha rota”, vemos
de nuevo al Soldado de Invierno, en busca del tercer agente dormido, Leonid
Novokov. Un ser despiadado que no dudará en acabar con Fred Davis, un buen
amigo de Barnes, para que salga de su escondite, y éste caiga sobre él, con un
plan macabro. Para lo que necesitará, al neurocientífico Fleishman, cuyo
verdadero nombre conduce al profesor Rodchenko. Un soviético, y antiguo
colaborador de la Sala Roja: un programa ruso de adiestramiento. Para
completar la venganza, Leonid secuestrará a la Viuda Negra, poniendo en un dilema a
Bucky, volviéndolo más violento si cabe, para encontrar por todos los medios a
su amada.
La labor como guionista de Ed Brubaker, sigue tan
apasionante como siempre; mezclando el espionaje, las tramas políticas, en una
historia brillante, que nos deja al final del tomo, con unas ganas tremendas
de saber cómo se resolverá la complicada situación en la que queda el Soldado
de Invierno y la Viuda Negra. Como socios de esta serie, ha contado con Butch Guice (con el colaboró en su etapa final de Capitán
América), con un resultado excelente, para todo un clásico de Marvel, que
cuenta con una larga trayectoria como profesional. Además de Michael Lark, un
gran autor, con el ya coincidiera en la aclamada etapa de su guionista en
Daredevil; cuyo trabajo en este Soldado de Invierno, alcanza a un gran nivel.
Su grado de compenetración entre ambos viene de lejos, desde la esplendida Gotham Central, para la distinguida competencia.
Afortunadamente, nos queda un tomo más con las que
disfrutar del trabajo de un Brubaker en estado de gracia. Tan sólo me queda
darle las gracias por todos estos años al frente de esta franquicia marvelita, deseándole
la mejor de las suertes en su nueva etapa de proyectos personales. Mientras,
disfrutemos de este Soldado de Invierno. ¡No se arrepentirán!
“Soldado de Invierno: El invierno más largo”
Guión:
Ed Brubaker
Dibujos:
Butch Guice, Michael Lark
Color: Bettie Breitweieser, Matthew Wilson
Colección: 100 % Marvel
Editorial:
Panini Comics
Formato: rústica con solapas, 200 páginas, 17 x
26 cm
Edición
original: Winter Soldier 1 a 9, Marvel Comics
Traducción:
Uriel López
PVP:
15 €
Valoración: ****
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