-Sin manos, y otras proezas de la infancia
Rodrigo García Llorca, Raúl Jiménez Muñoz
Colección Caos
Rústica con sobrecubierta, 144 páginas, 15 x 21 cm, color
PVP: 20 €. Ya a la venta
Un cuento ilustrado para adultos que explora el complicado mundo de la infancia y las relaciones familiares con mucho humor e ironía.
Sin manos es un entramado de microhistorias que giran alrededor de la familia. Es un libro sobre niños astronauta, padres imaginarios y superhéroes con ciática. Sin manos parece un libro, pero es en realidad un pasadizo que te lleva de vuelta a la infancia. El primer amor, los primeros miedos, la complicidad y los celos entre hermanos.
Sin manos es un entramado de microhistorias que giran alrededor de la familia. Es un libro sobre niños astronauta, padres imaginarios y superhéroes con ciática. Sin manos parece un libro, pero es en realidad un pasadizo que te lleva de vuelta a la infancia. El primer amor, los primeros miedos, la complicidad y los celos entre hermanos.
Sus personajes son algo locos e imprevisibles, pero muy
divertidos y fascinantes, y todas las historias están
contadas con la inocencia y el desparpajo que solo
tienen hoy los niños y los viejos.
SOBRE LOS AUTORES
Rodrigo García Llorca nace en 1980, sin ninguna experiencia previa, pero pronto se vuelve un adicto del Tente, los plastidecores y los nísperos. Al entrar en la adolescencia, lee en una pintada que es el momento de experimentar, y decide probarlo todo: el acné, la natación, la guitarra, incluso compra unos pantalones de cuadros blancos y negros. Mientras tanto, continúa dibujando monigotes y zapatillas a un ritmo frenético y en un arrebato de pragmatismo, ingresa en la facultad de Bellas Artes, huyendo de la poesía y la bohemia de las carreras científicas.
A día de hoy, finge con relativa solvencia que ha madurado
y trabaja como diseñador gráfico e ilustrador. En
un futuro próximo, espera sacar adelante junto a Noel
Lang la segunda entrega del cómic ‘Downtown’ y
sobrevivir a la mudanza que tiene entre manos.
Raúl Jiménez Muñoz fue en su infancia bombero,
capitán de barco y astronauta. Luego se dio a la escritura,
abandonándose por completo. No obstante,
encuentra a los trece años el sentido de la vida y lo
canjea por una revista para adultos. Al descubrirse su
especial interés por los senos, sus padres lo apuntan
a un curso de trigonometría. Dejará sin embargo esta
noble disciplina para esconderse detrás de una
cámara de video, trabajando para distintas productoras
y medios de comunicación.
En la actualidad, toca el timbre y el matasuegras, es
padre de dos hijos y participa en la tertulia de Los
Innuendistas. Entre sus proyectos está el de seguir
insistiendo en la ficción literaria, quitar el gotelé de su
casa y fabricar una nave.
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