Crónicas Diplomáticas. Quai d’Orsay, la cuadratura del círculo

La adaptación de un cómic a la gran pantalla hoy día, es una cosa de lo más normal, pero hace unos cuanto años era de lo más difícil de producir en Europa, solamente estaba reservado a grandes superproducciones norteamericanas y los superhéroes. En el caso del cómic europeo, entramos en uno de los que más ha calado entre los lectores, por su divertida interpretación de la vida política francesa: “Crónicas Diplomáticas. Quai d’Orsay” (distribuida por Golem). Una excelente historia sobre la vida, obra y milagros de la política exterior, encarnada en el ministro de turno, en una crónica fresca e inteligente de la trastienda del gobierno francés. Un film dirigido por Bertrand Tavernier (Capitán Conan, Hoy empieza todo), que cuenta con un bagaje importante en el Séptimo Arte, que no solamente se limita a adaptar el cómic de Abel Lanzac, y Christophe Blain; sino a hacerlo suyo, de tal manera que el resultado final, está fuera de toda duda. Este último, es un reputado autor galo con trabajos como “Isacc el pirata", “Gus” o “El reductor de velocidad” (todos ellos, publicados aquí por Norma Editorial).

 Arthur Vlaminck, inspirándose para un "lenguaje"

Una historia ,“Crónicas Diplomáticas. Quai d’Orsay”,  que comienza con la llegada de Arthur Vlaminck (Raphaël Personnaz), al Ministerio de Asuntos Exteriores (Quai d’Orsay), para ser contratado por su ministro Alexandre Taillard de Worms (Thierry Lhermite). Arthur  es la persona ideal para escribir los discursos, de encargarse del “lenguaje”, con el que seducir a los políticos homónimos, de países extranjeros, y los posibles desacuerdos que se planteen. Poco a poco, se irá aclimatando a los desaires, rectitud, y manías del ministro, que le hace una y otra vez rehacer a su gusto los escritos, bajo la noble influencia del filósofo griego Heráclito. Dentro del ministerio, Arthur contará el apoyo y la compasión del veterano jefe de gabinete, Claude Maupas (Niel Arestrup). Un tipo con una paciencia supina, que sabrá resolver conflictos como el de un barco incendiado en la costa africana, que puede acabar en tragedia.

 Arthur Vlaminck y Alexandre Taillard de Worms

La tarea que les traerá de cabeza, será la cuestión de la armas químicas de Lousdem (nombre ficticio que representa a Irak), en un trasiego de negociaciones y comprobaciones. En el que Estados Unidos, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, presenta en el consejo de Naciones Unidas de Nueva York, sus pruebas para una inmediata invasión. Será el momento protagonista de Alexandre Taillard de interpretar su papel, seducir al consejo y buscar los apoyos necesarios para evitar dicho ataque. En su mente no hay otra cosa que una serie de poderosos conceptos diplomáticos: legitimidad, unidad, eficacia, que piensa cumplir a rajatabla, aunque para ello tenga que volver medio loco al pobre Arthur, con la redacción del discurso final.

 Bertrand Tavernier, con Thierry Lhermite y Raphaël Personnaz

Bertrand Tavernier tomando como referencia el guión de Abel Lanzac (pseudónimo de un antiguo consejero de Dominique de Villepin), y Christophe Blain, filma un buena comedia, que satiriza el lado oscuro de la política francesa y su entresijos. Un divertimento, que viene a mostrar el grado de improvisación que pueden ejercer los políticos, según su conveniencia. La película pasa por momentos imborrables, como la genial interpretación de Thierry Lhermite (Alexandre Taillard), a la que le seguirán unas cuantas carcajadas por parte del espectador. También es destacable la interpretación de Niel Arestrup (Claude Maupas), y la de un más que correcto Raphaël Personnaz (Arthur Vlaminck).

  Quai d’Orsay tomos 1 y 2. Norma Editorial

“Crónicas Diplomáticas. Quai d’Orsay” es sin duda, tanto el cómic como la película, una sátira de este sistema político, viciado y corrupto, que no da respiro alguno al ciudadano de a pie. Si quieren pasar un rato lleno de diversión, pueden acercarse por el cine más cercano, y disfrutar de la lindo. Y si les pica la curiosidad, en el cómic encontrarán un buen aliado al film, con su lectura, y los brillantes dibujos de un Blain insuperable.

Fotos “Crónicas Diplomáticas. Quai d’Orsay” © Etienne George