En los últimos meses hemos sido testigos de las revoluciones árabes y protestas por la libertad y la democracia, en países como Túnez, Egipto, y anteriormente en Irán. Las manifestaciones sufrieron grandes represalias en la población civil, por aquellos gobiernos dictatoriales; lejos de amedrentarse continuaron en su lucha. Fruto de esas protestas, surge una novela gráfica, “El paraíso de Zahra”, que da testimonio de la crueldad del régimen islamista iraní en el año 2009, tras las elecciones presidenciales, supuestamente democráticas de aquel país, y el salvaje asesinato de Nedia Agha Soltan.
“El paraíso de Zahra”, nos sitúa en la ciudad de Teherán, cuando la madre del joven de 19 años Medhi Alavi (admirador del futbolista Zinedine Zidane, “Zizou”), Zahra, se inquieta ante la falta de noticias de su hijo, que ha marchado a las protestas sobre el fraude electoral que se acaba de cometer. Las horas avanzan y la preocupación va en aumento, nadie sabe nada; mientras, su amiga Miriam intenta restar importancia al asunto para calmarla momentáneamente, tras haber visitado hospital, tras hospital en busca del muchacho, sin noticia alguna, asombrándose de la actitud del ejercito con los manifestantes heridos. Los días transcurren, y su hermano mayor Hasan, y su madre, inician una búsqueda por la temible cárcel de Evin, sin respuesta alguna por parte de uno de los jerifaltes a su salida de la prisión; no tiene según él ,nada que aclarar al respecto. Fruto de la tenacidad de Hasan, decide escribir en su blog lo que está sucediendo con su hermano; ante el padecimiento de su madre, marcha a una copistería para hacer folletos con la foto de su hermano desaparecido, por si al repartirlas alguien lo ha podido ver. La compresión del dueño del negocio, Taymour Jan, hace ponerse de su parte en todo momento. Su siguiente visita, será a la oficina del juez de instrucción (en medio de ejecuciones públicas), y la morgue que allí se regenta, en busca del cadáver, para continuar en el Tribunal revolucionario, donde impera la desidia del funcionariado por desvelar cualquier dato. En su visita, Zahra conocerá a la Sra. Ardalen, una de las personas con cierta influencia en un dirigente del gobierno, que puede ponerles sobre la pista de Medhi; mientras, las amenazas por descubrir lo sucedido están siendo constantes. Desde ese momento su lucha será encarnizada por descubrir la verdad, conduciéndoles hasta el cementerio de la ciudad, llamado “El paraíso de Zahra”.
Esta historia de ficción, inspirada en hechos reales, está escrita y dibujada por dos iraníes, que protegidos por el anonimato (por temor a las represalias hacia sus familiares y allegados), describen con veracidad la tragedia de un pueblo sometido a la falta de la libertad. Una obra en el que la tragedia se palpa en cada uno de los protagonistas de la novela gráfica; con un final estremecedor, que pone de relieve la injusticia que puede se puede cometer contra un pueblo sometido, y represaliado por la tiranía de sus dirigentes.
La edición de Norma, contiene un gran número de extras sobre los hechos sucedidos, y parte de la forma de ser y concebir la cultura islámica. En cuanto a la publicación, hubiera preferido un mayor gramaje en el papel empleado para esta obra, que le hubiera dado un mayor empaque sin duda.
La edición de Norma, contiene un gran número de extras sobre los hechos sucedidos, y parte de la forma de ser y concebir la cultura islámica. En cuanto a la publicación, hubiera preferido un mayor gramaje en el papel empleado para esta obra, que le hubiera dado un mayor empaque sin duda.
“El paraíso de Zahra”, viene a contar el sufrimiento del pueblo iraní, y la aplicación de la pena capital ante la menor duda por parte del régimen. Sirva esta obra para denunciar la miseria y tragedias a la que son sometidos miles de personas año tras año. A buen seguro tu conciencia se verá sacudida tras una lectura conmovedora, en defensa por la verdad y la justicia.
“El paraíso de Zahra”
Guión: Amir, Khalil
Dibujos: Khalil
Colección: Nómadas nº 40
Editorial: Norma Editorial
Formato: cartoné, 17 x 24 cm, 272 páginas, b/n
Edición original: Zahra’s Paradise, First Second Books
Traducción: Norma Editorial
PVP: 23 €
Valoración: ****
Más información en su minisite
5 comentarios:
Para mi vergüenza, debo reconocer que, de un tiempo a esta parte, no conecto nada con el cómic autobiográfico o similares, como éste que comentas o, por ejemplo, Un Adiós Especial, de Joyce Farmer. Empecé a leer este último un día en la FNac, por tener una idea previa antes de comprarlo, y lo dejé aburrido antes de llegar a terminar el primer tercio del mismo...
No sé qué es lo que puede pasar, si es cosa mía o es que no conecto con el estilo gráfico de esta nueva hornada de autores.
Adoro a los Hermanos Hernández (bueno, esto nos es cómic autobiográfico, lo sé), y me encanta el trabajo de autores como Joe Matt, Adrian Tomine, Dan Clowes (por lo menos hasta David Boring), Joe Sacco, David Mazzuchelli... Pero las últimas aportaciones que están apareciendo de este cómic autobiográfico o comprometido siempre me dejan frío.
Y en cambio, me compro con auténdico placer la nueva edición de Astérix o el coleccionable del Príncipe Valiente...
¿Seré yo, o es que hay un cierto descenso en las últimas aportaciones a este género?
Raúl, no eres tú, a mi me pasa a veces también, no todos los títulos tienen por que gustarte. A buen seguro que disfrutas de Astérix y Prícipe Valiente como muchos de nosotros que lo leímos de niños. Esas historias perdurarán por siempre.
Vamos a ver, que saquen una obra de cómic autobiográfico, no es sinónimo de obra maestra. No todos tienen la capacidad de un Will Eisner o un Carlos Giménez, hay que seguir buscando en el gran elenco de novedades que salen al año. Yo qué tú no me preocuparía.
La sensación que yo tengo, Javier, es que el boom de la "novela gráfica" ha aumentado exponencialmente la cantidad de estas obras que se ponen a la venta. Y, siempre en mi opinión, ahora es más difícil encontrar autores con la capacidad de Clowes, los Hernández Bros., Tomine, Seth o Matt...
Por otra parte, la mayor parte de estos autores que cito son maravillosos dibujantes y narradores (Jaime Hernández es auténticamente maravilloso, un auténtico monstruo de la naturaleza tanto en lo gráfico como en lo narrativo; Tomine y Clowes me parecen grandísimos dibujantes; y otros como Joe Matt sacan partido de sus carencias)... En cambio, el dibujo de muchas de las nuevas novelas gráficas que salen a la venta me parece horroroso, no me dice nada...
Por cierto, acabo de darme cuenta de que no he puesto como ejemplo de autor "alternativo" que me encanta a Peter Bagge, cuyo Odio me parece uno de los TEBEOS de los noventa. Por desgracia, desde que lo dejó no ha vuelto a alcanzar ese asombroso nivel.
Y para sentir lo que me hacía sentir Lapham en Balas Perdidas (por cierto, a ver cuándo lo terminan en España), me tengo que ir al mainstream con Criminal de Ed Brubaker o Scalped de Jason Aaron.
Parece que coincidimos en los mismos gustos, autores y lecturas.
El "boom", de la novela gráfica es la excusa perfecta de la editoriales para vender tebeos a gente que no es lector habitual, y que compra en grandes superficies. ¿Has leído Queen & Country de Rucka? Un buen tebeo por si no lo sabías. Te recomendaría también a Frederik Peeters (Lupus, Pildoras azules) o Jiro Taniguchi (Barrio lejano, Cielos radiantes). Saludos
Mmmm, a Rucka le cogí un poco de manía en sus incursiones en los tebeos de superhéroes, aunque reconozco que lo suyo es el género negro, por lo que Queen & Country puede estar realmente bien, me lo apunto.
A Peeters sí que lo conozco. Me encantan Píldoras Azules, Lupus y RG. Es un autor a tener muy en cuenta, sí.
Y de Jiro Taniguchi no sé qué decirte. Me encantan El Almanaque de mi Padre, Barrio Lejano y la colección de relatos cortos El Olmo del Cáucaso. Pero desde entonces he perdido mucho interés en él, no ha vuelto a emocionarme como con esas obras. He leído el argumento de su último tebeo publicado aquí (creo que es ese Cielos Radiantes que comentas) y me parece muy interesante, pero no me he decidido a comprarlo todavía. Quizás lo haga; ya te digo, el argumento promete devolvernos al mejor Taniguchi...
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