La figura de
Pedro Pubill Calaf, más conocido por Peret, nos dejo apenas hace cuatro meses, quedándonos huérfanos de su arte y la alegría que desgranaban sus canciones. Un artista que rompió todas las barreras
culturales aquí, y afuera, con su “rumba catalana”, la de una forma de entender
la vida, la amistad y el amor.
Peret en su casa, durante la entrevista
Gracias al
director Carles Prats (autor de Historias de Bruguera, Loquillo: Leyenda urbana),
y su documental, “¡Cuchíri, Cuchíbiri! La rumba de Peret”, seremos testigos de
uno de los últimos conciertos (en la plaza Cataluña, de Barcelona) de Peret: en
el que por medio de su música, vemos intercaladas entrevistas a su gente y amigos, como
Johnny Tarradellas, Tío Toni, Tía Pepi, Jorge Ragna, Chacho, Ramonet, o Peret
Reyes; incluso a él mismo, en un retrato intimista
y lleno de sinceridad. Todo ello regado con anécdotas, desde su niñez, pasando
por sus primeros pasos con 12 años, en el que formó junto con su prima, Pepi Becas, Los hermanos Montenegro.
Su arte era
un cúmulo de sentimiento, en todo lo que tocaba Peret, algo de muy dentro, y
que dio lugar a la “rumba catalana”, y por supuesto a mucho ventilador con la
guitarra, y buenas letras en las canciones. Su rumba estaba
influenciada por la música cubana, como así lo atestigua el documental, las
declaraciones de su amigo Chacho.
Peret con su querido público
El éxito le
catapulto a grabar discos, a hacer giras, y el reconocimiento del público, con
canciones como “El muerto vivo”, “Una lágrima”, “El gitano Antón”, “Saboreando”, “Si fulano fuese mengano”, “Borriquito” o “Canta y sé feliz”, con la que
participó en Eurovisión. Así hasta que la llamada de Dios en 1982, que le llevó hasta la
Iglesia Evangélica Filadelfia a predicar la palabra del Señor, como “Hermano Pedro”, momento en el que se
retiró de la actividad musical.
No sería
hasta comienzos de los noventa cuando regresaría a la música como productor,
para reanudar su carrera como artista en actuaciones tan importantes como Los
Juegos Olímpicos de Barcelona, junto con Los Manolos y Los Amaya. El documental
da fe de la devoción de los músicos (en su mayoría familiares) que le
acompañaban en sus conciertos, del abuelo, de un hombre bueno, que se mostraba
tal como era. El creador de la música urbana por excelencia, que deleitó al pueblo, a la gente de a pie.
Carles Prats
no se limita a dar testimonio del artista, sino que nos hace retrato muy
humano, que nos adentra en la vida y la música de un genio como Peret. Con
algunas declaraciones muy jugosas del artista sobre los programas de música,
centrado en los cantantes que hacen de jurado. Así como dos perlas al final del
documental, que no tienen desperdicio, y que nunca me hubiera imaginado que
pensará el propio Peret.
En cuanto a
la realización del documental, debo felicitar al director y a su
equipo, por lo bien narrado e hilvanado de la historia con el concierto que se
muestra. Así como el acierto de dar voz a los rumberos de tres generaciones y
sus experiencias.
Las canciones
de Peret alegraron nuestras vidas durante décadas, y forman parte ya de nuestro
legado cultural, del que debemos sentirnos orgullosos. “¡Cuchíri, Cuchíbiri! La
rumba de Peret”, es un sentido homenaje de Prats, que le pudo demostrar en vida.
Valga este documental, para que no quede en el olvido esta estrella que tanto
lució en la Tierra, y que a buen seguro estará con su rumba alegrando a los
ángeles del Cielo.
Dirección: Carles Prats
Producción: Pau
Bacardit
Productor
asociado: Jorge Ragna
Guión: Carles
Prats, Jorge Ragna
Director de
fotografía: Francesc Olivé
Fotografía
adicional: Ariadna Arnés
Edición: Pau
Bacardit
Sonido: Cora
Delgado, Carles Prats Jr.
Música original:
The Rodilos
Secuencia de
créditos: Mar Cerdà
Restauración
sonido concierto: Aurelio Morata
Edita: Cameo
PVP: 9,95 €. Ya a
la venta
V.O.
Castellano y catalán estéreo
1.85:1 –
16/9 anamórfico compatible 4/3
89 min
aprox. / Extras: 12 min aprox.
Sub. Inglés
/ Castellano* / Catalán*
Extras
Tráiler
Making of
El estreno
en Barcelona
Galería de
imágenes
Ficha
técnica
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