La clave del éxito de Astérix
residía en unos fabulosos guiones de Renne Goscinny, y unos maravillosos y
dinámicos dibujos de Albert Uderzo. Cuando en 1977 muere el guionista, parte
del encanto y la magia de las historias que llegaron a continuación, desencantaron
a los más puristas de la obra, sin que por ello la serie cayera en el olvido.
Todo lo contrario, Uderzo inició su aventura en solitario en 1980 como
guionista y dibujante con el álbum nº 25 de la serie con “La gran zanja”. Para
llegar hasta el año 2013, a la publicación de una nueva aventura de estos
irreductibles galos, sin los dibujos de Albert Uderzo (aunque realiza el boceto
de la cubierta), nada menos que “Astérix y los Pictos”, el álbum número 35 de
la colección. Un historia que ha levantado una gran expectación, y que supone
el regreso de Astérix a primera línea, tras unos trabajos bastantes flojos de
Uderzo. Sus nuevos autores son todos unos experimentados artistas, Jean-Yves
Ferri (El retorno a la tierra) al guión, y
Didier Conrad (Los innombrables, La tigresa blanca) a los dibujos.
“Astérix y los Pictos” comienza en pleno invierno, un duro invierno, que trae por arte de magia del mar, un tempano gigante con un hombre dentro. Sorprendiendo a Astérix y Obélix, tras un paseo por la playa apacible; no teniendo más remedio que traerlo hasta la aldea, y darlo a conocer a Panorámix. El cual duda que sea un hibernio (nativo de Irlanda) o un picto llegado de lejana Caledonia (Escocia), confirmando esta última procedencia, por los tatuajes y vestimenta. Un momento clave interrumpido por el agente censal romano, Numerusclausus, enojando de gran manera a nuestro amigo Obélix. El Druida, será el encargado de reanimar al picto y comenzar el deshielo del tempano en el que se haya atrapado. Durante un tiempo el joven picto se siente desubicado, a pesar de las atentas miradas de las mujeres del poblado, incluida la del jefe Abraracúrcix, Karabella.
Tras recuperar el habla, gracias
al elixir de la poción mágica preparada por Panorámix, Astérix y Obélix se
embarcan a llevar a su Caledonia del Norte natal. En medio del mar,
los piratas hacen su aparición: un asunto menor en el caso de estos galos, que
verán como su destino les conducirá hasta el lago Loch Andloll. Mientras, los
romanos preparan su estrategia contra los propios pictos, Mac Loch (el picto al
que Astérix salvó del témpano) se reencuentra con su familia. En la sombra Mac
Abeo, del clan de enfrente, prepara una ofensiva, aunque ello conlleve aliarse
con los romanos y traicionar a los pictos.
El trabajo a cargo Jean-Yves Ferri, cumple sobradamente con el propósito de dar nueva vida a dos legendarios héroes de papel. Un guión que sigue la estructura clásica que un día Goscinny estableciera en la serie, en el que vuelve contar con los protagonistas, para viajar fuera de la aldea; un Ferri, que parece haberles cogido el punto a los personajes. Como compañero de estas hazañas, tenemos a Didier Conrad, un autor que le viene como anillo al dedo Astérix, por su característico estilo, intentando acercarse en lo posible a Uderzo, conservando su toque personal. A lo que hay que añadir unos detallados dibujos, y un buen número de viñetas por página, con un resultado muy agradable.
Si tuviera dar mi voto para la
continuación del legado de Goscinny y Uderzo, contarían con él; pues la primera
impresión de este “Astérix y los Pictos” ha sido muy grata, con momentos
divertidos y con un buen sabor de boca al final de la misma.
“Astérix y los Pictos”
Guión: Jean-Yves Ferri
Dibujos: Didier Conrad
Colección: Astérix nº 35
Color: Thierry Mékabi, Murielle Leroi, Raphaël
Deleure
Editorial: Salvat
Formato: cartoné, 48 páginas, 21,80 x 28,80 cm
Edición original: Astérix chez
les Pictes, Les Éditions Albert René
Traducción: Isabel Soto, Xavier
Senín
PVP: 12,90 €
Valoración: *** ½
A mi el dibujo me ha parecido bastante logrado...el guion...pienso que Goscinny es bastante insuperable.
ResponderEliminarFerri nunca podrá ser como Goscinny, pero es mejor que Uderzo en sus últimos álbumes.
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