Desde los inicios del cómic, sus viñetas han estado llenas de aventuras, intriga, sensaciones y luchas, por sus protagonistas. Los autores inventaron para dar mayor verisimilitud con la realidad, unas onomatopeyas que fueran capaces de reflejar todo aquello como, sonidos, ruidos, golpes, suspiros, y todo tipo de expresiones lingüísticas en forma de palabras. Recientemente ha aparecido un soberbio diccionario dedicado a las onomatopeyas, realizado por dos especialistas en la materia como Luis Gasca y Román Gubern, dos euritos de la palabra, que uniendo sus esfuerzos como ya hicieran en 1988, en El discurso del cómic, justamente veinte años antes, de éste Diccionario de Onomatopeyas del cómic, aparecido a finales de 2008. Un estudio detallado y pormenorizado de todas las onomatopeyas que han podido encontrar, hasta un total de 550, y 1102 ilustraciones que las acompañan, para dar ejemplo de ellas.
Onomatopeyas que los autores clasifican en cinco apartados: 1, sonidos no verbales de producción humana, 2 sonidos de producción animal, 3 sonidos de producidos por la naturaleza, 4 sonidos producidos por la interacción de un ser vivo y un objeto y 5, sonidos producidos por un objeto. Estos son algunos ejemplos de lo mencionado anteriormente como: “ring (tocar el timbre)”, “boom (estallar), “knock (llamar a una puerta)” o “splash (salpicar). Un diccionario que surge gracias a la documentación gráfica de Luis Gasca, que guardaba entre sus archivos innumerables, en el piso de Barcelona, recortes de viñetas con onomatopeyas; poniéndose en contacto con su amigo Román Gubern, el cual, se puso manos a la obra, en el primer diccionario mundial en ésta cuestión. El propio Humberto eco recoge en un artículo la importancia de dicho diccionario en el L’espresso, analizando la obra y lo que conlleva.
El lenguaje de las onomatopeyas, a través principalmente de los cómics norteamericanos, han influido el resto de los países donde se han publicado, adaptándolas y transmitiendo el propio significado de las mismas, haciéndolas suyas, a la hora de crear cómics autóctonos en cada país. Los propios dibujantes las han hecho a su manera, y las han dado tipo de apariencia, desde las más originales, con diversas formas, que se ajustan al sonido que quieren transmitir. La onomatopeya llegó también al pop-art, en manos de Roy Lichtenstein, donde abarco todas las posibilidades artísticas y expresivas de su caligrafía; en obras como As I opened fire de 1964. En 1966 siguió ésta senda, el productor y narrador de la mítica teleserie pop de los años 60 de Batman, William Dozier (Desmond Doomsday en la serie), donde enfatizaba con onomatopeyas dibujadas las peleas protagonizadas por el héroe y su fiel Robín.
Entre las series que aparecen en el libro, destacan clásicos como Terry y los Piratas (Caniff), Popeye (Segar), Tintín (Hergé), The Spirit (Eisner) Mafalda (Quino), Krazy Kat (George Herriman), Mickey Mouse (Gottfredson); o más modernos como Torpedo 1936 (Bernet), Mortadelo y Filemón (Ibáñez), Daredevil (Gene Colan), Zipi y Zape (Escobar), Rocco Vargas (Daniel Torres) o El Cid (Hernández Palacios).
Cabe destacar que en mayo, se presentará en la Universidad de Chicago éste Diccionario, con el que tan gratamente seguramente se habrán han visto reflejados en una gran parte, sus iconos dentro del Noveno Arte. En cuanto a la edición de Cátedra, esplendida presentación y reproducción de las imágenes; tan sólo debo añadir que en próximas ediciones de la obra, debiera corregirse en las páginas 276 y 383, donde pone Capitán Marvel, debería haber puesto Capitán América. Un pequeño desliz, que no empaña la gigantesca labor de documentación de dos grandes como Luis Gasca y Román Gubern.
En definitiva un trabajo encomiable, en un diccionario de consulta, que a buen seguro, tendrá un largo recorrido y éxito entre los estudiosos del Noveno Arte.
"Diccionario de onomatopeyas del cómic"
Autores: Luis Gasca, Román Gubern
Onomatopeyas que los autores clasifican en cinco apartados: 1, sonidos no verbales de producción humana, 2 sonidos de producción animal, 3 sonidos de producidos por la naturaleza, 4 sonidos producidos por la interacción de un ser vivo y un objeto y 5, sonidos producidos por un objeto. Estos son algunos ejemplos de lo mencionado anteriormente como: “ring (tocar el timbre)”, “boom (estallar), “knock (llamar a una puerta)” o “splash (salpicar). Un diccionario que surge gracias a la documentación gráfica de Luis Gasca, que guardaba entre sus archivos innumerables, en el piso de Barcelona, recortes de viñetas con onomatopeyas; poniéndose en contacto con su amigo Román Gubern, el cual, se puso manos a la obra, en el primer diccionario mundial en ésta cuestión. El propio Humberto eco recoge en un artículo la importancia de dicho diccionario en el L’espresso, analizando la obra y lo que conlleva.
El lenguaje de las onomatopeyas, a través principalmente de los cómics norteamericanos, han influido el resto de los países donde se han publicado, adaptándolas y transmitiendo el propio significado de las mismas, haciéndolas suyas, a la hora de crear cómics autóctonos en cada país. Los propios dibujantes las han hecho a su manera, y las han dado tipo de apariencia, desde las más originales, con diversas formas, que se ajustan al sonido que quieren transmitir. La onomatopeya llegó también al pop-art, en manos de Roy Lichtenstein, donde abarco todas las posibilidades artísticas y expresivas de su caligrafía; en obras como As I opened fire de 1964. En 1966 siguió ésta senda, el productor y narrador de la mítica teleserie pop de los años 60 de Batman, William Dozier (Desmond Doomsday en la serie), donde enfatizaba con onomatopeyas dibujadas las peleas protagonizadas por el héroe y su fiel Robín.
Entre las series que aparecen en el libro, destacan clásicos como Terry y los Piratas (Caniff), Popeye (Segar), Tintín (Hergé), The Spirit (Eisner) Mafalda (Quino), Krazy Kat (George Herriman), Mickey Mouse (Gottfredson); o más modernos como Torpedo 1936 (Bernet), Mortadelo y Filemón (Ibáñez), Daredevil (Gene Colan), Zipi y Zape (Escobar), Rocco Vargas (Daniel Torres) o El Cid (Hernández Palacios).
Cabe destacar que en mayo, se presentará en la Universidad de Chicago éste Diccionario, con el que tan gratamente seguramente se habrán han visto reflejados en una gran parte, sus iconos dentro del Noveno Arte. En cuanto a la edición de Cátedra, esplendida presentación y reproducción de las imágenes; tan sólo debo añadir que en próximas ediciones de la obra, debiera corregirse en las páginas 276 y 383, donde pone Capitán Marvel, debería haber puesto Capitán América. Un pequeño desliz, que no empaña la gigantesca labor de documentación de dos grandes como Luis Gasca y Román Gubern.
En definitiva un trabajo encomiable, en un diccionario de consulta, que a buen seguro, tendrá un largo recorrido y éxito entre los estudiosos del Noveno Arte.
"Diccionario de onomatopeyas del cómic"
Autores: Luis Gasca, Román Gubern
Portada: Jordi Bernet
Editorial: Ediciones Cátedra
Colección: Signo e imagen
Cartoné, 432 páginas, 19’3 x 24’7 cm
PVP: 35,00 €
Editorial: Ediciones Cátedra
Colección: Signo e imagen
Cartoné, 432 páginas, 19’3 x 24’7 cm
PVP: 35,00 €
Valoración: ****
Un libro imprescindible en la biblioteca de todo buen comiquero, no sólo por su contenido, excepcional a todas luces, sino por la maravillosa edición de Cátedra... No pude evitar llevármelo a casa en cuanto llegó a la librería como cuento en la reseña que le dediqué en http://blog.metropolislibros.com
ResponderEliminarSimplemente maravilloso...