martes, 9 de diciembre de 2008

Lecturas: Olimpita, de Migoya y Marín

Pocas veces un tema tan candente como la violencia de género y la inmigración, ha sido reflejado de una forma tan verosímil en un cómic como el que Norma Editorial acaba de publicar, Olimpita. Una historia escrita con talento, por Hernán Migoya (Todas putas), y dibujada por Joan Marín, en el que ambos dan lo mejor de sí, para mostrar toda la crudeza, de una realidad tan palpable en nuestra sociedad. Noticias que debieran dejar de ser una constante en los telediarios, para acabar con los maltratos a las mujeres; y las penurias de la inmigración, como los recientes y desgraciados sucesos acaecidos entre inmigrantes, en La Mojonera (Almería).

Situémonos en la obra, mercado de Barcelona, l’Abacería Central, barrio de Gràcia, puesto 202, Olimpita García García, regenta con su marido una pescadería; hasta allí llega un senegalés, llamado Ass (de aspecto corpulento), que acaba de quedarse sin trabajo en la construcción, donde pide tan sólo un vaso de agua en el bar del lugar, a la joven camarera sudamericana y atractiva, Doris, la cual es recriminada por su jefa española, Gloria. El paso de Ass, a los ojos de Olimpita, no pasa desapercibido, realizando ciertos comentarios con Doris, no sin antes de marcharse, darle una cabeza de pescado, ante la lastima que siente del pobre hombre y su situación. Mientras, su vida transcurre si apenas motivaciones, su marido Carmelo, la ha sometido ha todo tipo humillaciones, en el que las palizas la han marcado su forma de ver la vida; el sexo con su marido lo repudia, lo aparta, lo evita de todas las formas posibles.

Ante la gravedad de su situación, Ass, decide pedir trabajo como pescadero a Carmelo, su primera reacción es de rechazo, pero luego piensa que puede venirle muy bien a su mujer, para que trabaje menos y realice menos esfuerzos. Su contratación supone todo un éxito entre las mujeres y las ventas van en aumento, para delegar parte también del trabajo de Carmelo. Hasta que en una noche de fútbol, con sus amigos, tras la finalización de un partido del Barcelona, Olimpita es sometida a una nueva vejación, tras ser golpeada, sale al balcón, para cantar a los amigotes del marido. Tras éste suceso, decide ceder a la insinuaciones de Ass para salir con él, y acostarse; descubriendo otra vez el amor, el sexo placentero y toda una serie de experiencias. La historia de amor se va enredando, y tras una nueva paliza, Olimpita propone a su amante que mate a su marido, para que puedan vivir en paz; pero los planes se complican de una forma inesperada en un final sorprendente, abierto a varias interpretaciones.

Migoya (Ponferrada, 1971), ha sabido dar el enfoque necesario en ésta obra, para dar denunciar la gravedad a la que son sometidas las mujeres (ante una violencia execrable, que debe acabarse, con todos los métodos posibles al alcance de la justicia; con algunas escenas que te ponen le corazón en un puño; una historia basada en sus propias experiencias de familiares y mujeres de barrios obreros. En el tema de la inmigración, ha querido establecer las diferencias y similitudes entre los inmigrantes españoles que llegaron a Barcelona hace 40 años, con los que hay en la actualidad; con todo detalle y las dificultades por las que pasan para sobrevivir. En cuanto al apartado gráfico, Marín (Valencia, 1975), realiza un gran esfuerzo narrativo, tanto que las expresiones de los protagonistas, que son todo un poema en numerosas ocasiones; para mostrarnos un buen trabajo, con algunos detalles sobresalientes, que el lector sabrá apreciar.

Una obra como ésta debiera concienciar a una sociedad, en la que a veces no quiere ver, la gravedad del asunto en cuestión. Vaya desde aquí mi recomendación más sincera, ante una obra sobrecogedora, la historia de amor y tragedia de Olimpita García García

“Olimpita”
Guión: Hernán Migoya
Dibujos: Joan Marín
Editorial: Norma Editorial
Colección: Nómadas nº 12
Formato: cartoné, 17 x 24 cms
152 páginas, b/n, 18 €

Valoración: ****

Páginas de muestra aquí

3 comentarios:

  1. Tebeo de contenido social con enfoque politicamente correcto.

    El aspecto mas tenebroso del lado oscuro.

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  2. Hola Yaban!
    Si precisamente se nos puede acusar de algo es de no ser politicamente correctos, que ya hemos tenido reprimendas de periódicos que nos acusaban de no posicionarnos, no buscar soluciones o respuestas y mostrar a personajes que escapan del arquetipo.
    No actúes de manera inquisitorial y léelo. Si después no te gusta, entonces lo dices con la libertad con la que hemos trabajado nosotros! Un abrazo. Xoan

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  3. No me tenía muy buena pinta, me parecía más de lo mismo. Pero viendo las opiniones y que el personaje principal se llama y apellida exactamente igual que mi madre (!!!) habrá que darle una oportunidad.

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