Hoy tenemos el privilegio de publicar una entrevista, a uno de nuestros mejores ilustradores españoles a nivel intermacional,
Luis Royo (Olalla, Teruel, 1954), con obras tan importantes como
Women, Prohibited Book o
Subversive Beauty; un autor que regresa con una de sus obras más ambiciosas publicadas:
Dead Moon. Ésta entrevista apareció en en el suplemento de
ABCD nº 905, el pasado sábado 6 de junio; aquí la edito íntegramente tal y como fue concebida. Muchas gracias
Luis.
Luis Royo en el stand Norma BCN 09. Foto (c) Elena Carreras, ABC¿Qué recuerda de sus inicios en el mundo de la historieta? ¿Cómo empezó su afición por la ilustración?
En los setenta estaba pintando formatos grandes, con una pintura de carácter social y crítica, algo normal en la época. Eran los últimos años de la dictadura. Cayeron en mis manos los nuevos cómic que se estaban haciendo en Francia después del mayo del 68 (yo no había sido un niño muy aficionado al tebeo), y me abrieron los ojos, descubrí un mundo nuevo y sus posibilidades: su mensaje y su estética llegaban al público, era un soplo de aire fresco y una expresión plástica que salía fuera de las galerías típicas de pintura.
Después vino el publicar en diferentes fanzines, luego en revistas. Pero el cómic no era un lugar en el que yo me sintiera cómodo, se me hacía duro repetir personajes en las viñetas y seguir la disciplina de un trabajo largo como es el del comic. Pasé a la ilustración y allí encontré mi verdadero camino, cada obra se podía plantear por separado, y en cada una de ellas te podías sumergir en un mundo diferente. Me atrapó y allí me quedé.
¿Cómo surgió su nueva obra Dead Moon? ¿Cómo la definiría?Llevaba ya un par de años con la historia rondando por la cabeza, con partes del texto escrito y algunos bocetos que luego no he utilizado, pero diferentes trabajos no me dejaban meterme de lleno en ella. Hablé con mi editor
Rafa Martínez y con
Norma, y decidí cortar con todos los trabajos que tenía entre manos. Me encerré en el estudio y me metí de lleno en ella. Quería volver un poco al origen del cómic, pero desde el prisma de ilustrador. Esto hacía que volviera a encontrarme con unos personajes y un entorno fijos y para no entrar de nuevo en las repeticiones, me planteé que las imágenes del libro estuvieran realizadas con diferentes técnicas y diferente tratamiento, dependiendo de lo que quería potenciar en cada momento: ambiente, detalle, sensación interior, etc. Hablé con
Rómulo para que el la enriqueciera también con su gestualidad y potencia de síntesis, y así, tanto para el lector, como a la hora de realizarla, tendríamos el extra de los matices.
Es un trabajo que se ha alimentado de diferentes fuentes: el comic primitivo de imagen y texto debajo de él, el cuento, el libro de ilustración y la nueva llamada novela gráfica. Es un libro fusión, tanto de formula como de técnicas.
La historia habla de un mundo imaginario, con ambiente oriental y gótico a la vez. Es un cuento trágico, que en cada momento va enlazando con lo opuesto, es un relato épico y a la vez intimista.
Entre las disciplinas artísticas utilizadas en Dead Moon, óleo, aerógrafo, grafito, técnicas mixtas etc., ¿cuál es su preferida?
En general en mi trabajo las mezclo en la misma obra, en Dead Moon, parte de las imágenes también están realizadas así, otras son solamente óleo, o solamente grafito. Y las realizadas con Rómulo, son empleando su técnica, que también suele ser mixta de óleo y acrílico.
No hay una preferida, en cada imagen se ha buscado como podía explicar mejor su mensaje o reflejar ese momento, o que datos eran mas importantes en ella, el detalle, la atmósfera o el impacto.
En Dead Moon vuelve a colaborar con su hijo Rómulo ¿qué cree que aporta a la obra?
Rómulo Royo tiene su propia trayectoria desde hace años, y expone su obra en diferentes lugares, en algún proyecto busco su colaboración. El está muy acostumbrado al gran formato, al conocimiento de materiales y a tener una visión de la obra más conceptual. En los trabajos que colaboramos juntos, la obra se enriquece de su propia estética y es como conseguir ofrecerla desde dos prismas diferentes. Para mi esto sería difícil con otro artista, pero con mi hijo hay ya una simbiosis a la hora de trabajar, nos conocemos mucho, sabemos lo que hay en la cabeza del otro y podemos pintar en la misma obra sin problemas, sabiendo cada uno donde dejar paso al otro, es algo mágico que solo se puede conseguir gracias a las interminables horas que hemos trabajado codo a codo aunque sea en proyectos diferentes.
Muerte, el protagonista
Después de bastantes años sin trabajar en el mismo estudio, (Rómulo vive en Madrid) a la hora de juntarnos en un proyecto, ese largo tiempo de conocimiento de nuestra forma de trabajo aflora y esa fusión se hace fluida. En Dead Moon, la parte en la que las imágenes son más un reflejo del estado interior, una nebulosa de sensación y trazo mas que de datos claros, es el sello de su colaboración.
El color es una parte fundamental en su obra ¿cómo cree qué ha evolucionado su técnica?
En los años ochenta era más colorista, el mercado norteamericano y europeo me conoció con esa paleta cargada, (dicen que al norteamericano les gusta la potencia de color) pero poco a poco, me he ido más a la luz y las sombras y los colores se han ido apagando. Estos cambios se han seguido recibiendo bien y me ha dado la oportunidad de ir jugando con hacer incluso trabajos prácticamente monocromos. También con los años diluyo más los límites, estoy más pendiente de la atmosfera general que de la nitidez y desnudo más los fondos para que su impronta sea mas clara. Pero la obra a veces evoluciona sin ser uno demasiado consciente de ello.
Luna, la protagonista¿En qué suele inspirarse cuando creas sus ilustraciones? ¿Cuáles son sus mayores influencias? ¿Qué ilustradores admira de su generación?
Procuro estar con los ojos abiertos a mi tiempo, aunque dejo mucho espacio también al subconsciente. La formula de trabajo es hacer pequeños apuntes y van quedando por el estudio hasta que alguno de ellos decido ponerlo definitivamente en el tablero y acabarlo.
Las influencias mayores no me vienen de la ilustración, vienen más de los pintores clásicos: los tenebristas, los realistas rusos, los simbolistas, el renacimiento… también, como no, el cine, la literatura. Si tuviera que nombrar un ilustrador también nombraría un clásico como Gustavo Doré, y hablando de nuestro tiempo citaría a Giger.
Entre sus últimos trabajos cuenta con Dome ¿cómo fue la experiencia de pintar en Moscú una cúpula de 80 metros cuadrados, llena de mujeres fantásticas?
Lo definiría como un reto, realmente fueron duros los meses que pasé allí pintando con Rómulo. Físicamente el pintar hacia arriba destroza la espalda y agota el brazo. El país también es difícil de digerir para personas mediterráneas, sus diferencias sociales y su cielo gris calan dentro.
Fue un proyecto especial, una vez encargado, se aceptó sin ningún cambio toda una escena erótica donde entraban mas de cuarenta figuras femeninas a mayor tamaño que el natural. Tuvimos que hacer unos turnos de trabajo durísimos para poder llevarlo a cabo. Pero poder contemplar toda la cúpula en conjunto cuando se quitaron los andamios compensó todo el esfuerzo.
¿Qué es lo que más le fascina a la hora de dibujar a una mujer?
Buscar la belleza ideal, una quimera. Es un juego obsesivo, nunca se llega a la meta y te sigue teniendo en tensión a lo largo de los años.
En mi trabajo no me interesa reflejar la cotidianidad y si buscar esos cánones imposibles que de alguna forma reflejan una belleza ideal, esa belleza se ha buscado a lo lago de la historia: los egipcios, los griegos, el renacimiento… con cánones muy diferentes, dependiendo de la época. Yo la intento buscar con los cánones ideales de mi tiempo. Esto hace que si se mide por partes una figura en mi trabajo, las proporciones sean irreales, es un trampantojo, unos cánones imposibles presentados como reales para buscar esa belleza de nuestro inconsciente. También, la mujer tiene esa dualidad de delicadeza y poder al mismo tiempo que me atrae mucho plasmar.
Leyendas, tarot, tatuajes, piercing, bellas mujeres, esoterismo, sensualidad, erotismo, ciencia ficción, magia y espadas; son algunas de las cosas que podemos encontrar en su trabajo ¿en qué terreno se siente más cómodo?
Todo ello encierra la base de un mundo imaginario o un mundo con misterios, y se aparta de reflejar la parte racional y plana, la que tenemos frente a los ojos. Todo ello me atrae, y por eso me muevo en ese mundo.
Pocos son los afortunados de llegar a lo más alto en su profesión ¿cuál cree que es la clave de su éxito? ¿Hasta donde le gustaría llegar en el campo de la ilustración?
Los comienzos suelen ser duros, pero la pasión, aunque suene a cursi, por este camino que elegí, va creciendo cada día en vez de agotarse después de tantos años. Tengo la sensación de que solo he entreabierto la puerta. La ilustración como se concebía hace tiempo, ha perdido sus acotaciones y sus limitaciones, hoy es un medio artístico y creativo que se aprecia por si solo y coquetea con otros mundos como el del cine, el video, etc. También la frontera con la pintura o con otros medios plásticos se ha difuminado.
A su vez, la ilustración es un medio que por sus orígenes no ha perdido el contacto con la industria y con el público, ni siquiera con un mercado de merchandising que le hace que la podamos ver reproducida en cualquier soporte. Esto hace que cada año vaya creciendo su difusión y su importancia en la sociedad, y aunque la crítica artística y las instituciones culturales vaya por detrás de este fenómeno, para el público es una manera de arte mas conocido y difundido que otros, solo hay que ver la importancia que tiene en lugares tan actuales como Internet.
De entre su larga trayectoria como profesional ¿con qué trabajo se quedaría?
De verdad, siempre me interesa el que estoy haciendo en el momento actual, es el que me come todas las energías y como mucho, solo me deja que me ronden por la cabeza nuevos proyectos y pequeños apuntes que voy dejando en suspenso. Por otro lado, tampoco me gusta demasiado mirar hacia el camino andado en los otros aspectos de mi vida, no solo en el profesional. Todo va tan deprisa, que mirar hacia atrás en estas edades…
Luna-Luis Royo
¿Qué sueño prohibido encierra para su próximo proyecto?
En el libro Dead Moon han quedado muchos dibujos sin publicar, quería que fuera una historia ágil, que señalara caminos, pero que a su vez dejara espacios para la propia fantasía del lector. Por otro lado, si quería que todo estuviera en el libro, se hubiera hecho denso y no como una sucesión de precipitaciones. Buscaba que fuera como una tormenta, aunque en él se pasa por toda una vida de sus personajes, tenía que ser como un libro de pinceladas.
Mucha parte del trabajo de bocetos ha quedado sin pasar al libro. Después de hablar con Norma, saldrá otro libro con esos dibujos sin publicar de Dead Moon, donde habrá más recreación en los personajes y en la ciudad Louyang. Que esto pueda hacerse una vez se ha pasado por el libro Dead Moon con su propio ritmo, me gusta, es como meditar o saborear con los posos del café.
Algunos de mis libros ya llevan décadas en el mercado. En estos momentos estoy revisando títulos como Malefic , Secrets, Dreams, etc.. Se va a cambiar su formato, su diseño, y se van a ampliar con ilustraciones nuevas y dibujos.
Otro proyecto, dónde también trabajo con Rómulo, es un nuevo libro sobre un personaje del que hay unas semillas sueltas en otros de mis libros: Luz o Malefic, (también es un proyecto de hace años y en el que no he podido entrar aún de lleno). Un superhéroe-antihéroe femenino con un interior conflictivo y una pregunta que mueve sus pasos: ¿Es ella es el Anticristo o la mensajera del fin de una época del hombre, según otras culturas?. Es una ciencia-ficción cercana y también Apocalíptica con referencias al pasado, en éste caso, la influencia y los secretos de Nefertiti moverán los hilos del libro.
Y también hay un proyecto con Rómulo en gestación, que se va a diferenciar mucho de los trabajos anteriores.
Gracias por su atención y sus amables palabras.
A vosotros y los lectores, puedo vivir en pequeño universo gracias a ellos.